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Patricia B. Bustos Psicoanalista /Coordinadora de grupos terapeúticos/ Prof. Enseñanza Común y diferencial / Mediadora Judicial / Voluntaria y Socia Activa de Mèdicos del Mundo

jueves, 4 de junio de 2009

Secretos

Edvard Munch
Tu secreto debe pasar a ser parte de tu sangre.
Proverbio Árabe
¿Es posible guardar un secreto?
Los secretos son como llaves a portales dimensionales. En mayor o menor grado, una vez develados, se generan cambios que pueden llegar a ser devastadores dependiendo del calibre de lo que se oculta.
Quienes tienen verdades dolorosas bajo reserva se ven envueltos en un halo de especulaciones formado por el entorno y comentarios a baja voz, a veces tan dañinos y complejos como lo que se intenta esconder.
Son, quizás, los secretos a voces los más difíciles de manejar, la presión del entorno puede llegar a ser tan grande que muchos no llegan a soportarlo. Basta solo con la aceptación por parte del dueño para que se genere un ‘yo sabía’ a coro por parte de los implicados en la red de comentarios que harán que la presión sea mayor aún, pero tarde o temprano llegará la calma y con ella, el arrepentimiento de quien no pudo contener lo que guardaba.
La condición del ser humano, de ser sociable, lo lleva a querer compartir con los demás, por eso muchas veces les cuesta guardar secretos. Se dice que a la mujer le cuesta más porque al utilizar más su hemisferio derecho, el soñador, el emocional, se deja llevar por el impulso, contrario al hombre que es más lógico y esa parte lógica lo lleva a decir ‘no voy a revelar ese secreto’.
Como la mujer es más analítica, lo hace, ella está más dispuesta a compartir.Por salud mental lo más recomendable es contar ese secreto personal como forma de desahogo, pero el problema más que estar en contar el secreto, está en saber a quién decírselo.Muchas veces las personas cuentan eso que tienen guardado en una noche de tragos con la persona que tienen al lado o con ese amigo o amiga.
El psicólogo está precisamente en esa condición de saber escuchar. Pero la persona la mayoría de veces no sabe elegir a quién le cuenta”.¿Qué esconden las personas que sienten placer revelando secretos?
Es posible que quien cuente un secreto lo haga por necesidad de agradar a otros, por caer bien en un grupo determinado, por buscar una aprobación en otros. Pero también están los que se dejan llevar por el morbo, los que piensan qué cara pondrá el otro cuando le cuente, cómo reaccionará.
¿Es bueno contar ese secreto personal que está asfixiando?
Es bueno el desahogo sobre todo cuando son cosas que nos afectan emocionalmente, cada órgano asume una emoción, por eso resultamos enfermos del estómago o del corazón por la tristeza. Toda esa acumulación de emociones hace que nuestro cuerpo genere esas enfermedades psicosomáticas.
Para el ser humano es importante desahogarse. Por eso una recomendación es escribir, buscar otras herramientas que generen esa catarsis y que le ayuden a superar la preocupación.Las personas deben tener en cuenta también que los mejores amigos no son los mejores guardadores de secretos.
Hablar de secretos sugiere una responsabilidad que difícilmente se puede llevar solo. Inevitablemente, siempre se termina por compartir la carga con la condición de no difundir lo revelado bajo el disfraz de juramento. Una vez compartido el secreto, podemos estar seguros de que ya dejó de serlo.Los secretos no existen, pues los que se dicen dejan de ser secreto y los que no se dicen se desvanecen. (Psi. Patricia B. Bustos)

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