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Patricia B. Bustos Psicoanalista /Coordinadora de grupos terapeúticos/ Prof. Enseñanza Común y diferencial / Mediadora Judicial / Voluntaria y Socia Activa de Mèdicos del Mundo

lunes, 30 de marzo de 2009

Por Qué Nos Enojamos

Misterium Tremendum - Roberto Mognier
Esa sensación que surge del malestar y parece brotar de las entrañas como un volcán en erupción, que por un lado nos empuja a seguir adelante pero por el otro se convierte en un arma destructora y que además nos trae más problemas que el problema mismo, es la del enojo.
Algunos pueden expresarla fácilmente haciendo la vida imposible a cualquiera que este a su alrededor y otros acostumbrados a callar, la reprimen temerosos de que al soltarla se conviertan en poco menos que monstruos capaces de cualquier agresión, volcándola entonces hacia sí mismos.
Algunos culparán del mismo al país, al jefe, a la "situación económica", a la suegra, a la pareja, al trabajo, al "no tengo tiempo", en fin razones podrían haber miles, pero mientras busquemos culpables en nuestro entorno achacándoles todos nuestros males, difícilmente encontraremos la salida a esta sensación y a muchas otras.
En realidad la mayoría de los que estarán leyendo esto saben que el enojo generalmente es con uno mismo, porque las cosas "no salen como yo quiero", porque no dije lo que quería decir en el momento adecuado, porque estoy harto de desear cosas que nunca consigo, y en fin todo lo que se quiera agregar a esa especie de estado de frustración constante que se maneja en estos casos.
¿Qué hacer? Hay mucho para hacer.
Lo primero, empezar a tenernos más paciencia, podríamos seguir por acostumbrarnos a hacer pie en todo lo positivo que tenemos, en todo lo que logramos, en lugar de en todo lo que se supone nos falta.
El estar atentos a nuestros aciertos, restándole críticas a nuestros errores, recordando que cometiéndolos hemos aprendido infinidad de cosas. Guardar siempre un tiempo para nosotros, para nuestras necesidades, nuestros gustos, nuestros planes. Aprender a poner límites cuando nos molestan, nos tratan mal, nos invaden.
Actuar más desde lo que verdaderamente somos y sentimos.
Respetarnos y aceptarnos con todo lo que traemos nos ayudará a seguir creciendo con menos exigencia y más alegría.
De esto se trata el auto-conocernos, de aprender también a "pasarlo bien" y estar menos tiempo llenos de preocupación, de conectarnos cada día más con nuestro Verdadero Ser, facilitando de esta manera la expansión, que implica abrirnos a todo lo BUENO. (Psi. Patricia B. Bustos)

Cuento: Las Enseñanzas de Don Juan

Paisaje con Arboles Rojos - Jan Wiergers

Cada camino es uno entre un millón.

Por ende, no hay que olvidar que un camino no es más que eso. Si piensas que no debes seguirlo, no te quedes en él bajo ninguna circunstancia.

Un camino no es más que un camino.

Que lo abandones cuando tu corazón así te lo indique no significa ningún desaire a ti mismo ni a los demás. Pero tu decisión de seguir esa senda o apartarte de ella no debe ser producto del temor ni la ambición.

Te advierto: examina cada camino atentamente. Pruébalo tantas veces como te parezca necesario.

Luego hazte esta pregunta: ¿Tiene corazón este camino?

Todos los caminos son iguales, no llevan a ningún lado. Atraviesan la maleza, se internan o van por debajo de ella.

Si ese camino tiene corazón, entonces es bueno. De lo contrario, no te servirá de nada (Autor Carlos Castaneda). (Psi. Patricia B Bustos)

Cuento : Amistad Para Siempre

Paloma - Ventura Gonzalez Padroza

Una de las preguntas que de niña me formulaba con frecuencia era: "¿A donde van los gorriones cuando mueren?".

En aquel entonces no conocía la respuesta y todavía me intriga. Ahora, cuando veo un pájaro muerto, silenciado por alguna fuerza maligna, se que no ha muerto. Alguien lo mato: se lo llevaron los elementos, como alma perdida en la noche. Cuando tenía seis anos, mi mejor amigo era un chico de la misma cuadra. Solíamos jugar en mi arenero, conversando de cosas que los adultos habían olvidado hacia mucho tiempo: sobre no crecer jamás, por ejemplo, o sobre los monstruos que había bajo la cama y en los armarios oscuros.

Se llamaba Tommy, pero yo le decía Gorrión, porque era menudo para su edad. Resulta irónico pensar ahora ese nombre, porque el también murió. Recuerdo el DIA en que descubrí que Tommy iba a morir. Lo esperaba en el arenero, construyendo sin muchas ganas el castillo que habíamos empezado el DIA anterior. Sin Tommy, yo era solo media persona; por eso lo espere lo que me pareció una eternidad. Comenzó a llover. De pronto oí un "rintintin" lejano en la casa.

Unos diez minutos después salio mi madre, protegiéndose con un paraguas; aun tenia la cara mojada. Entramos juntas en la casa. En el umbral me volví a contemplar la lluvia que derribaba el castillo de arena construido por Tommy y por mí. Una vez dentro, con una taza de chocolate caliente en la panza, mi madre me llamo a la mesa. Me cubrió las manos con las suyas. Temblaban.

De inmediato comprendí que a Tommy le había sucedido algo malo. Ese algo se llamaba leucemia. Yo ignoraba que era, de modo que mire a mi madre con ojos confundidos, pero con el corazón apesadumbrado. Ella dijo que, cuando alguien se pescaba eso (mejor dicho, cuando eso pescaba alguien), se tenía que ir... Yo no quería que Tommy se fuera. Lo necesitaba conmigo. Al DIA siguiente quise ver a Tommy. Tenia que comprobar si era cierto.

Hice que el conductor del transporte escolar me dejara ante su puerta y no ante la MIA. La madre de Tommy me dijo que el no quería verme. Esa mujer no tenia idea de lo fácil que es herir a una pequeña. Me rompió el corazón como si fuera un trozo de vidrio barato. Corp. a casa, bañada en lágrimas.

Después llamo Tommy; me pidió que lo esperara en el arenero cuando nuestros padres estuvieran acostados. Y lo hice. No se lo veía distinto; algo más pálido, quizás, pero era Tommy. Y quería verme, si.

Mientras hablábamos de esos temas incomprensibles para los adultos, reconstruimos nuestro castillo de arena. Tommy dijo que podríamos vivir en uno como ese y no crecer jamás. Yo le CREI de todo corazón. Allí nos quedamos dormidos, envueltos en una autentica amistad, rodeados de arena caliente y vigilados por nuestro castillo.

Desperté poco antes del amanecer. Nuestro arenero era como una isla desolada, rodeada por un mar de césped, que solo se interrumpía en el patio trasero y en la calle. La imaginación de los niños no tiene fin.

El roció daba a ese mar imaginario un fulgor reflejo; recuerdo que alargue la mano para tocar esas gotas, para ver si el agua de mentirillas ondulaba, pero no fue así. Gire en redondo y Tommy me devolvió a la realidad con un respingo. Ya estaba despierto, contemplando el castillo. Me reuní con el y así nos quedamos, encerrados en la sobrecogedora magia que tiene un castillo de arena para los niños pequeños. Tommy rompió el silencio para decir: -Ahora voy a entrar en el castillo.

Nos movimos como robots, como si supiéramos lo que hacíamos; creo que, en cierto sentido, así era. Tommy apoyo la cabeza en mi regazo y dijo, soñoliento: -Ahora voy al castillo. Ven a visitarme. Allá estaré muy solo. Le prometí que lo haría, de todo corazón. Luego el cerro los ojos y mi Gorrión se fue volando, hacia el sitio en que (en ese momento lo supe) van todos los gorriones cuando mueren. Y allí me dejo, sosteniendo en los brazos un pajarito baldado, sin alma.

Veinte anos después volví a la tumba de Tommy para poner en ella un pequeño castillo de juguete. En el había grabado: "Para Tommy, mi Gorrión... Algún DIA iré a nuestro castillo para siempre". Cuando este lista, volveré al lugar donde estaba nuestro arenero para imaginar nuestro castillo de arena. Entonces mi alma, como la de Tommy, se convertirá en un gorrión para volar hacia el castillo, hacia Tommy, hacia todos los gorrioncitos perdidos: nuevamente una Nina de seis anos, que no crecerá jamás. (Anónimo) (Psi. Patricia B. Bustos)

martes, 17 de marzo de 2009

Saber Esperar

The Girls - on the - Pier - Edward Munch

Tal vez la vida sea solo eso, una suma de pequeños instantes, que pueden o no formar grandes cadenas que hacen que todo lo que pase por nuestro alrededor tenga sus propias luces y colores, que hacen que la vida se llene con el sentido que da la esperanza de hacer que estos instantes sean perpetuos y hagan vivir un eterno momento.

Que difícil es entender que las cosas llegan a su debido tiempo.Cuántas veces se piensa en algo que se quiere llevar a cabo, se desarrolla un plan completo con un inicio que incluye el conocimiento teórico, una parte intermedia que incluye el desarrollo y una parte final que incluye el resultado que se desea. En fin, una serie de pasos que a nuestro criterio debe contener nuestro plan para que de resultado y, por supuesto, ese resultado nos satisfaga.

Todo en el papel puede parecer correcto e inclusive tener un ingenioso plan para llegar al objetivo pero muy a menudo ocurre algo que cambia totalmente el panorama y se empiezan a notar una serie de fallas que se traen al piso nuestro plan o conducen a un desenlace poco satisfactorio o no esperado, convirtiendo en poco tiempo a una buena idea en una desilusión en el mejor de los casos o en un gran problema.Este tipo de planes se desarrollan en muchos ámbitos que no sólo incluyen los negocios, pueden ser también a nivel personal pero la causa de la falla parece ser, a mi criterio, la misma: muy a menudo no sabemos esperar.

No todos los fracasos aparecen con los resultados o son notorios desde el inicio, muy a menudo empiezan a gestarse precisamente cuando las cosas están saliendo bien, al igual que con los negocios la codicia desatada por buenos resultados puede echar por tierra muy buenas relaciones personales.El valor de la estrategia está no sólo en lograr la victoria sino en conservar lo obtenido y saber esperar a que se presente la oportunidad para dar el siguiente paso o simplemente dar tiempo para disfrutar del momento teniendo la calma suficiente para no variar esa estrategia por la emoción de un buen resultado.

Ahí está el verdadero sentido de un triunfo, no es sólo ganar una batalla sino la guerra. Los buenos resultados, sobre todo si se dan muy temprano, pueden ser los causantes de un mal desenlace si no se tiene la madurez o la experiencia para saberlos manejar de forma que sirvan para conducir al resultado esperado o inclusive a un resultado aún mejor que el esperado.

El saber esperar a que las cosas se den a su debido tiempo agrega a una buena estrategia la solidez para que conduzca a una gran victoria, se debe entender que esperar no es sinónimo de quedarse dormido y nunca actuar, saber esperar significa aguardar al momento indicado para dar el siguiente paso, significa saber leer el libreto y comprender cuándo es tiempo de introducir otro factor en la escena.

Algo curioso sobre la estrategia en las relaciones personales y que tiende a diferenciarlas de los negocios es que en éstas relaciones el secreto puede estar en no esperar nada, si, simplemente no tener expectativas muy grandes que puedan cegar con idealismos que no permitan ver con claridad el horizonte, expectativas que a menudo crean una falsa idea sobre una persona y que no permiten ver la verdad tal cual es: no siempre lo que soñamos es lo que nos hará felices y eso se descubre intentando, fracasando y aprendiendo a esperar el momento justo para que las cosas se ocurran.

La paciencia es una de esas virtudes que ayudan a templar el carácter, pues es un estado anímico donde el individuo hace acopio de toda su fortaleza para enfrentar sus adversidades sin sufrir perturbación alguna; mientras que a contrario sensu, quién no es capaz de saber esperar y se acobarda ante situaciones adversas, es que no ha desarrollado a través de la voluntad, la virtud de la paciencia.

La paciencia es y debe de ser un acto cotidiano, debemos de practicarla día a día, pues es la única forma de cultivarla y engrandecerla. Es, como todas las virtudes, una poderosa arma contra la cobardía, lo que significa, de alguna manera, que es la esencia de la valerosidad.

Los hombres que saben ser pacientes, son de una sola pieza, no se intimidan fácilmente pues están seguros que tarde o temprano, con base en la perseverancia que los anima, lograrán el éxito en sus tareas cotidianas. Todo lo hacen con un ingrediente adicional, pues la paciencia no es una virtud que camina sola, la mayor de las veces siempre va acompañada de la capacidad de amar intensamente, siendo este el principal ingrediente para lograr su desarrollo. En sentido figurado, podemos decir que la paciencia es como una planta que se riega con amor y con ello se hace más grande y se fortalece.

Saber esperar es una virtud de sabios y una cualidad de hombres de estirpe valerosa, la cobardía no existe en su diccionario cotidiano y lo más importante es que junto a la virtud cardinal de la paciencia, tienen la virtud teologal de la esperanza. ¿Y vos, sos paciente? (Psi.Patricia B Bustos)

domingo, 8 de marzo de 2009

Me enamore de mi Psicólogo / a

Levedad - Roberto Mognier
Escuchamos tantas veces las historias de las/os pacientes que se enamoran de su analista que ya nos suena a cuento. No puede ser que pase, no puede ser que pase tanto. Si además al analista ni lo conoces, ¿quién se enamora de alguien que no conoce? Tendemos a pensar que es otra de esas leyendas urbanas .Nada menos cierto, aunque reconozco que en su momento yo también pensaba que era algo que le ocurría sólo a las aburridas y muy aburguesadas pacientes de Freud. Ellas tan bellas, indiferentes e histéricas y el tan reconocido, tan paternalista. Ahí lo tenes, la primer paciente de la historia del psicoanálisis (cierto que en sus comienzos, no como lo concebimos hoy), Anna O., se enamoró perdidamente de su analista. Está bien, no era Freud, era Breuer que trabajaba con él, pero la historia es jugosísima.Me estoy yendo por los historiales, volvamos.
El asunto es muy común pasa todo el tiempo y, arranquemos de una vez, está bien que suceda. Es normal, es esperable, se presenta en formas muy variadas, pero aparece siempre. Siempre que hablamos de un análisis de verdad.
La transferencia es condición sine qua non para el establecimiento de un tratamiento. La transferencia es el motor principal de la cura y al mismo tiempo su mayor obstáculo. Del buen arte del analista dependerá como sostiene esta tensión para hacerla funcional.
La transferencia ES amor.
Es así como se le presentifica al paciente. No hay otra manera de verla. Como a cada uno se le juega ese amor ya es otra cosa. Amor de transferencia no significa enamoramiento exclusivamente, no es sinónimo de amor erótico. Puede ser un sueño en el que aparece el analista y que sentimos ganas de contarle, por nimio que sea. Puede ser la sensación de que nos gustaría haber conocido a esa persona en otro contexto y ser amigos. Puede ser la sensación de agradecimiento que vas más allá de lo profesional. Puede ser la admiración y el deseo de ser elegido para integrar un grupo de trabajo (esto pasa mucho entre los análisis de los estudiantes de psicología), etc.
Lo cierto es que no hay posibilidad de análisis sin la previa entrada en transferencia. Aunque tengamos un paciente y un analista en la misma habitación, diván de por medio y todo, no hay análisis sin transferencia. Cuando la transferencia se presenta como amor erótico se apoya en la idea de que amamos a ese hombre/mujer por la manera extraordinaria en que nos conoce, nos comprende y nos escucha. Es una ficción como cualquier otra, claramente. Como dice Freud, nos parece que de esa relación podríamos obtenerlo todo. Es la persona perfecta, nadie nos va a comprender como él/ella. El único problema de este idilio es que él/ella no tiene ningún interés en nuestra persona. No de ese modo, por lo menos y a Freud gracias.
Hay otra combinaciones posibles: que el analista se enamore de la paciente (aunque acá las proporciones entre hombre y mujeres son más parejas), el sentimiento sea mutuo, etc. En todos los casos la indicación freudiana es la misma: no ceder. Ni al propio deseo ni al del paciente. Porque lo más importante para nosotros es el beneficio que el tratamiento tiene para ofrecer al paciente. Y aunque parece que corresponder al amor debería generar el mismo efecto, que la paciente se interesara por el tratamiento y estuviera más dispuesta que nunca a trabajar y colaborar, no es esto lo que sucede.
Sucede que la paciente rápidamente pierde el interés y no quiere saber nada más que de su amor. Claro que una mujer u hombre despechada/o, a la que el analista simplemente se ha negado, es aún peor. No entiende razones, reclama permanentemente que su sentimiento le sea correspondido, nada quiere saber del tratamiento hasta que se agota de esperar y abandona.
Cuando digo no ceder, no digo denegar y ya. No se trata de “gusto pero me privo”
Me contaron una anécdota muy graciosa de un analista muy joven, muy lindo él, al que se le enamoró una pacientita. Cuando ella se anima a confesarle su amor, él muy halagado, muy incómodo y teniendo presente que bajo ningún punto de vista debe acceder le contesta: “no, mira yo soy casado, vos SOS muy linda, pero yo no puedo…”pensando que de esta manera no heriría los sentimientos de la paciente y cumplía con las reglas. JAJAJAJAJAJAJAJAJA!!!!!!! Nada más alejado, eso es engancharse, eso es responder en el mismo plano, denegar una conquista de bar, no es un obrar analítico, no frena ese amor desencadenado sino que lo torna en un amor despechado. De más está decir que la paciente no volvió más. ¿Te estás preguntando cual fue exactamente su error? ¿Siempre te habías imaginado más o menos así la respuesta? ¿Te respondieron así a vos?
El problema es que esa respuesta incluye a dos sujetos, dos YO, que especularmente se relacionan. Nada de esto, el analista debe reconducir ese amor a su verdadero destinatario; o reconducir ese sentimiento al que oculta detrás y en todos los casos, transformar el amor de transferencia que se ha vuelto traba en motor. Este joven analista debió fijarse aquello de lo que la paciente venía hablando para tejer el hilo lógico que unía ambos temas, hacerla pensar por que le decía eso, por que en ese momento, etc., etc. Se trata de devolver su pregunta al paciente, siempre. En este caso, de reconducir su demanda.Así que no hay motivo para abandonar un tratamiento porque uno sienta que se enamoró de su analista. Si hay que hablarlo en análisis, darle cabida y ver a que nos conduce.
Por el lado del analista la responsabilidad es mayor. Allí donde el paciente tiene un derecho (el de enamorarse o enojarse, o sentir lo que quiera) el analista tiene un deber, una obligación. Y es capear el temporal de la transferencia. El analista no puede desentenderse por no ceder a la demanda. No puede expulsar al paciente sin más, como vemos a veces en las novelas “si te vas a comportar así, ya no SOS más mi paciente” ni ninguna otra ridiculez por el estilo. No puede huir, debe soportar la transferencia porque el es el origen de ella y es el responsable de ella. Es quien la genera y quien debe trabajar con ella, responder. Por un lado trabajando con el paciente sobre la verdad o no de ese sentimiento, y en el caso de haberse enamorado de un/a paciente debe trabajar este sentimiento en su propio análisis o en el espacio de supervisión porque si se enamoró el sujeto es que el no estaba haciendo de analista y si se enamoro el analista eso es fácil de encausar. Se tarta de contratransferencia, se trabaja y listo.
E l analista corre con ventaja, el debe estar advertido acerca de esto, debe esperarlo, reconocerlo y solucionarlo, son sus responsabilidades.
Esta es una visión bien freudiana del asunto, Lacan plantea la transferencia en términos de amor al SSS (sujeto supuesto al saber) que es imaginarse en la persona del analista a alguien que de antemano tiene las respuestas correctas para mí, sabe de mi padecimiento, sabe aquello que yo no sé porque ha estudiado y va a ayudarme.Esto es lógico que pase, sin esto no hay análisis posible. Uno de los mejores signos para iniciar un análisis con alguien con quien hemos tenido una entrevista, es irnos con la SENSACIÓN DE QUE PUEDE AYUDARNOS. Ese es el comienzo de la transferencia.
El Código Ético del Psicólogo establece que el profesional no debe entablar relaciones con su paciente que vayan más allá de los objetivos profesionales marcados desde el principio en su relación psicólogo-paciente ¿por qué? porque dentro de esa relación hay objetivos de apoyo y tratamiento muy bien marcados, que deben mantenerse así y respetarse, además de que se maneja información verdaderamente importante y delicada en la vida del paciente que lo vuelven vulnerable ante la relación. Además, de llevar una relación sentimental, de amistad o cualquier otra el compromiso terapéutico perdería toda objetividad.
Pero lo más importante, es que LA RELACIÓN PROFESIONAL NO PERSIGUE DICHO OBJETIVO, nosotros los psicólogos/as no tenemos por qué andar buscando una relación entre los pacientes que nos llegan.Cuando se llega a presentar el caso en el que se desarrolle una relación más allá de los límites profesionales, entonces el psicólogo ya no puede continuar con el tratamiento, sino que canaliza al paciente con otro profesional, de tal suerte que el tratamiento no se vea obstaculizado. (Psi. Patricia Bustos)

martes, 3 de marzo de 2009

Consejos de Un Padre

Pubertad - Edvard Munch

Quiero darte directamente algunos consejos:

*No quiero que vayas a la universidad a encontrar marido. *Quiero que te superes, no que obedezcas. *No tienes obligación de tener hijos. *Cuando elijas una carrera, espero que sea una en la que puedas servir a un alto propósito, en la que puedas beneficiar a la humanidad, sin considerar la ganancia personal. *Espero que puedas evitar asumir el papel convencional de ama de casa. Es horrible. Puedes gozar de tu hogar y compartir su felicidad sin convertirte en una fregona sin personalidad. Debes abandonar, rápidamente, a cualquier hombre que te exija que lo sirvas. *Cualquier hombre que ve en tu fuerza una amenaza a su masculinidad es un idiota. Aléjate de él, rápido. *Defiende tu derecho a la independencia contra todas las frases hechas que los hombres te arrojarán. A veces, te sentirás culpable. Trata de que no sea así. La culpabilidad inhibe la acción y, en este contexto, rara vez se justifica. *Cuando encuentres al hombre que pueda compartir tu entusiasmo por la vida y entienda lo que significa la reciprocidad, trata en lo posible de tomar decisiones teniendo en cuenta el bienestar común. Divide responsablemente la responsabilidad. *Controla tu propia vida como mujer. Cuando empieces a compartir tu vida con un hombre, oblígalo a reconocer ese control. *Opónete a todas las leyes que te tratan como ser inferior y a aquellas leyes que te dan un injusta ventaja sobre el hombre (por ejemplo, pensión por divorcio). *Puedes ser feminista sin sacrificar tu feminidad, tu compasión, tu entendimiento, tu ansia de saber. Debes estar atenta ante la opresión encubierta, pero eso no significa que tengas que ser cruel.

Extraído del libro Cartas a Mi Hija Adolescente de Don Gold (Psi.Patricia Bustos)

Como Vivir Un Gran Amor

Vampiro - Edvard Munch
Nada comienza con más emoción y esperanza que el amor, pero también nada termina con más frustración y tristeza. La pareja es un rompecabezas emocional que, aunque sólo tiene dos piezas, resulta difícil de encajar.
No existen relaciones afectivas perfectas, las relaciones humanas, más la de pareja, son una herramienta muy valiosa y fuerte de evolución; siempre vamos a compartir con personas que nos dan la posibilidad de aprender algo y crecer. De nosotros dependerá elegir entre maestros “cariñosos o violentos”. Lee y entérate como procurarte un gran amor, porque eso de “mala suerte en lo afectivo” es una inmensa mentira; existen muchas herramientas para buscar la felicidad.
Si ya tienes pareja y las cosas van mal, recuerda: “TIENE SEN-TIDO” que esa persona esté en tu vida, ¡hay algo que debes aprender! Para empezar distingue si es amor, pues nos enseñaron a ponerle ese título a situaciones conflictivas y neuróticas causantes de dolor, frustración y resentimiento.
NADIE SUFRE POR AMOR
Es absolutamente imposible sufrir por amor, se sufre por carencias y heridas emo-cionales de la infancia. Muchos creen que están vi-viendo “el amor de su vida” porque se sacrifican y dejan de lado sus vidas. El amor es vitamina F = Felicidad; es estímulo, estar bien, entusiastas, progresar, ser creativos, vivir en paz. Decir que se sufre por amor es una contradicción total, no se sufre por ser feliz. Si estás en una relación y no te dan el amor que quieres, debes comenzar a buscar una solución, pero no en el otro, sino dentro de ti.
TU PAREJA ES TU REFLEJO
Si tu consorte es una linda/o y exitosa/o persona te encanta saber esto, pero si es infiel y fría/o, no te gusta la idea. Pues es cierto, tu pareja refleja un estado interno tuyo que no manejas a escala consciente. O hacemos responsable al otro y queremos que cambie, nos aliviamos pensando que tiene más defectos que nosotros y “tapamos” el verdadero problema: un nivel bajo de autoestima, y no te das el amor que requieres tu mismo. Lo positivo es saber que el poder y la solución están en tus manos: para tener pareja y ser feliz tienes que trabajar contigo mismo, ¡que suerte! no hay que esforzarse para que el otro cambie!!!
CONDICIONES OBLIGATORIAS PARA QUE HAYA PAREJA
La primera, es la química, tiene que haber algo en el otro que te atraiga. La segunda, es la compatibilidad, y tercero, compromiso: ambos han de decidir conscientemente el compartir sus vidas para estar mejor, si hay presión y uno está detrás del otro insistiendo, no hay pareja!!, esa es una señal muy clara. Recordemos que la relación de pareja es el amor del uno por el otro, no la absorción del uno por el otro. No lo olvides, quien no está preparado para el compromiso eres tú, y el otro es tu reflejo. Señores, las parejas que nos maltratan y humillan nos están haciendo el favor de recordarnos que tenemos un montón de heridas internas, tu buscas como mejorar, agradéceles y déjalos partir. El ego nos hace creer que aguantamos por amor, y no es cierto, soportar, luchar, permitir lo insoportable, sentir persecución, aguantar maltratos, no es amor.
¿POR QUE ME TOCAN PAREJAS DIFÍCILES???
Porque internamente tenemos una programación que nos conduce a elegir personas difíciles, no estamos preparados para ser felices y gozar del amor. Además el peor motivo para buscar pareja es por estar solos, si nos desesperamos elegiremos lo peor. Cuando tenemos demasiada hambre comemos cualquier cosa, no elegimos. Si estamos hambrientos emocionalmente hacemos igual, y en cuanto a pareja hay que seleccionar sin apuro ni presión el “menú principal”.
Un lema para todos: UNA RELACIÓN DE PAREJA ES SIEMPRE PARA ESTAR MEJOR. Una buena relación es un contrato entre dos, donde ambos hacen lo que está a su alcance para hacerse mejor la vida. Si no, no hay relación, pues tener pareja no es para competir, cambiar al otro o descargar las neurosis que padecemos. Renuncia a sufrir, decrétalo, grítalo, escríbelo, comprométete contigo mismo a respetarte y darte amor. Primero renuncia a lo que no quieres, luego elige y afirma lo que deseas para ti. Ámate a ti mismo, no vivas la fantasía de creer que si llega alguien que te ame todo se resolverá.
Si tú generas amor, atraerás amor; el gran secreto de oro para vivir una gran relación es amarse a uno mismo, no te sacrifiques por nadie, pues te desequilibrarás, siempre tú en primer plano. (Psi.Patricia Bustos)

domingo, 1 de marzo de 2009

La Ira

Serie de Delirios de Instantes - Roberto Mognier

“La ira se genera cuando tenemos la sensación de haber sido perjudicados. La ira es una reacción de irritación, furia o cólera desencadenada por la indignación y el enojo de sentir vulnerados nuestros derechos” La ira es una emoción completamente destructiva. Nunca hemos sabido que haya ningún bien en ella. La ira daña a la persona que la tiene y a menudo daña a otros a quienes va dirigida, y siempre resulta alguien dañado; nunca falla. Este aspecto de la ira -dañar- es en sí mismo una emoción destructiva y negativa que debe ser evitada . Cuando decimos esto, oímos exclamar: “¡Ah!, ¿pero no es la ira buena algunas veces?”; “¿no hace que las personas tomen una acción constructiva a lo que está incorrecto cuando es necesario?”; “¿no es una emoción humana necesaria que sirve a buenos propósitos cuando es usada correctamente?”; “¿no es la ira necesaria para sobrevivir?”; “¿no es verdad de que hay pruebas reales de que tiene un buen uso?”; “¿no seríamos débiles sin la ira?”. A estas preguntas y muchas más como estas podemos dar un resonante ¡NO! LA IRA NUNCA ES BUENA: SIEMPRE DAÑA A QUIEN LA TIENE Y A MENUDO A OTROS Y NO TIENE NINGUNA UTILIDAD BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA. Equivocadamente, muchas personas piensan que la ira es necesaria para hacer que las personas tomen una acción correcta, con lo que está incorrecto. Esto no es verdad. La acción constructiva puede ser tomada SIN IRA. En realidad, todas las acciones apropiadas se realizan sin ira. Lo sabemos, hemos experimentado ambas situaciones y conocemos los aspectos destructivos de la ira. Sabemos que la ira hace que la persona “pierda los estribos”, diga cosas de las que más tarde se arrepentirá y cosas que pueden hacer daño irreparable a él y a otros, lo hace sentir culpable y con resentimiento, y puede arruinar una situación hasta destruir todo lo bueno que pudo haberse logrado. Recuerda las veces que has estado enojado; tendrás que admitir, si eres honesto/a, que la situación pudo haber sido resuelta más efectivamente si no te hubieras enojado. Si la situación se resolvió bien, fue a pesar de la ira, y no a causa de ella. Cuando una persona está enojada no tiene ningún control sobre él, dirá y hará cosas que no haría excepto bajo un fuerte enojo. Es algo verdaderamente muy triste no poder controlarse. En realidad, uno no es realmente responsable por su conducta cuando está siendo llevado por su ira. Por supuesto que se es moralmente responsable, pero con esto queremos decir que uno no es uno mismo, que está haciendo y diciendo cosas que no haría y diría cuando no está enojado. A menudo las personas dan ejemplos de situaciones en que ellos creen que es inevitable sentirse enojado. Usan palabras tales como “indignación justificada”, “ira justificada”, etc. Nosotros sabemos que NO EXISTE NINGUNA SITUACIÓN QUE JUSTIFIQUE LA IRA Y NO EXISTE TAL COSA COMO “¡INDIGNACIÓN JUSTIFICADA!”. Cualquier situación puede ser manejada apropiadamente sin ira. La ira no es tan necesaria como para que motive a la acción. Calmadamente y con inteligencia usted puede estudiar una situación que está mala y necesita ser corregida, luego usar su mente para saber lo que debería hacerse y proceder a hacerlo. Sin enojarnos nuestras vidas son felices y nos sentimos bien. Cuando sentimos ira EN CUALQUIER GRADO nos sentimos miserables e infelices. Además, la ira trae consigo otras emociones tormentosas, cuando nos sentimos enojados planteamos vengarnos, sentir compasión por nosotros mismos, culpamos a otros, y terminamos sintiéndonos terriblemente deprimidos. La ira no puede ser usada o justificada sólo porque los seres humanos son capaces de experimentarla. El hecho de que la ira es una de las emociones humanas no la convierte en buena. Potencialmente, cualquier persona es capaz de matar, pero eso no significa que el deseo de matar a alguien debe ser realizado sólo porque éste existe. El argumento de que porque la sentimos debemos usarla, es ridículo. No existe ningún ser humano viviente que no haya sentido alguna vez, en algún lugar, por una fracción de segundo el deseo de matar a alguien. Todos estarán de acuerdo que uno no debe dar rienda suelta a este deseo. Por lo tanto, podemos rebatir este argumento, ya que sólo es bueno en el cesto de la basura. Sabemos que todos los seres humanos están sujetos a la ira y que ésta no puede ser eliminada completamente. A pesar de sus buenas intenciones y toda su salud mental, alguna vez usted se enojará. Pero sabemos que cuando usted se dé cuenta de lo destructivo de la ira y trata de vivir sin ella, en un espíritu de amor y cooperación, ésta puede ser reducida y controlada a tal grado que no le causará ningún problema, y su vida será feliz y completa. Alimentar la ira CON SEGURIDAD te HA HECHO ESTAR EMOCIONAL Y MENTALMENTE ENFERMO. La ira producirá la enfermedad; el amor producirá la felicidad. No estoy enseñándote pacifismo. Únicamente te digo, toma la decisión apropiada para corregir lo que necesita ser corregido, pero tómala sin ira. Saldrás triunfante cuando actúes sin enojo. Por supuesto, hay situaciones que necesitan ser corregidas, algunas veces las personas abusan de nosotros, pero la ira no es una reacción inevitable. Si alguien abusa de vos, comprende que él/ella está mal y que debería de ser compadecido, y no abusar de él. Vos podes parar el abuso, pero aplicar la Ley del Talión, sólo lo destruirá. (Psi.Patricia Bustos)