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Patricia B. Bustos Psicoanalista /Coordinadora de grupos terapeúticos/ Prof. Enseñanza Común y diferencial / Mediadora Judicial / Voluntaria y Socia Activa de Mèdicos del Mundo

domingo, 1 de marzo de 2009

La Ira

Serie de Delirios de Instantes - Roberto Mognier

“La ira se genera cuando tenemos la sensación de haber sido perjudicados. La ira es una reacción de irritación, furia o cólera desencadenada por la indignación y el enojo de sentir vulnerados nuestros derechos” La ira es una emoción completamente destructiva. Nunca hemos sabido que haya ningún bien en ella. La ira daña a la persona que la tiene y a menudo daña a otros a quienes va dirigida, y siempre resulta alguien dañado; nunca falla. Este aspecto de la ira -dañar- es en sí mismo una emoción destructiva y negativa que debe ser evitada . Cuando decimos esto, oímos exclamar: “¡Ah!, ¿pero no es la ira buena algunas veces?”; “¿no hace que las personas tomen una acción constructiva a lo que está incorrecto cuando es necesario?”; “¿no es una emoción humana necesaria que sirve a buenos propósitos cuando es usada correctamente?”; “¿no es la ira necesaria para sobrevivir?”; “¿no es verdad de que hay pruebas reales de que tiene un buen uso?”; “¿no seríamos débiles sin la ira?”. A estas preguntas y muchas más como estas podemos dar un resonante ¡NO! LA IRA NUNCA ES BUENA: SIEMPRE DAÑA A QUIEN LA TIENE Y A MENUDO A OTROS Y NO TIENE NINGUNA UTILIDAD BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA. Equivocadamente, muchas personas piensan que la ira es necesaria para hacer que las personas tomen una acción correcta, con lo que está incorrecto. Esto no es verdad. La acción constructiva puede ser tomada SIN IRA. En realidad, todas las acciones apropiadas se realizan sin ira. Lo sabemos, hemos experimentado ambas situaciones y conocemos los aspectos destructivos de la ira. Sabemos que la ira hace que la persona “pierda los estribos”, diga cosas de las que más tarde se arrepentirá y cosas que pueden hacer daño irreparable a él y a otros, lo hace sentir culpable y con resentimiento, y puede arruinar una situación hasta destruir todo lo bueno que pudo haberse logrado. Recuerda las veces que has estado enojado; tendrás que admitir, si eres honesto/a, que la situación pudo haber sido resuelta más efectivamente si no te hubieras enojado. Si la situación se resolvió bien, fue a pesar de la ira, y no a causa de ella. Cuando una persona está enojada no tiene ningún control sobre él, dirá y hará cosas que no haría excepto bajo un fuerte enojo. Es algo verdaderamente muy triste no poder controlarse. En realidad, uno no es realmente responsable por su conducta cuando está siendo llevado por su ira. Por supuesto que se es moralmente responsable, pero con esto queremos decir que uno no es uno mismo, que está haciendo y diciendo cosas que no haría y diría cuando no está enojado. A menudo las personas dan ejemplos de situaciones en que ellos creen que es inevitable sentirse enojado. Usan palabras tales como “indignación justificada”, “ira justificada”, etc. Nosotros sabemos que NO EXISTE NINGUNA SITUACIÓN QUE JUSTIFIQUE LA IRA Y NO EXISTE TAL COSA COMO “¡INDIGNACIÓN JUSTIFICADA!”. Cualquier situación puede ser manejada apropiadamente sin ira. La ira no es tan necesaria como para que motive a la acción. Calmadamente y con inteligencia usted puede estudiar una situación que está mala y necesita ser corregida, luego usar su mente para saber lo que debería hacerse y proceder a hacerlo. Sin enojarnos nuestras vidas son felices y nos sentimos bien. Cuando sentimos ira EN CUALQUIER GRADO nos sentimos miserables e infelices. Además, la ira trae consigo otras emociones tormentosas, cuando nos sentimos enojados planteamos vengarnos, sentir compasión por nosotros mismos, culpamos a otros, y terminamos sintiéndonos terriblemente deprimidos. La ira no puede ser usada o justificada sólo porque los seres humanos son capaces de experimentarla. El hecho de que la ira es una de las emociones humanas no la convierte en buena. Potencialmente, cualquier persona es capaz de matar, pero eso no significa que el deseo de matar a alguien debe ser realizado sólo porque éste existe. El argumento de que porque la sentimos debemos usarla, es ridículo. No existe ningún ser humano viviente que no haya sentido alguna vez, en algún lugar, por una fracción de segundo el deseo de matar a alguien. Todos estarán de acuerdo que uno no debe dar rienda suelta a este deseo. Por lo tanto, podemos rebatir este argumento, ya que sólo es bueno en el cesto de la basura. Sabemos que todos los seres humanos están sujetos a la ira y que ésta no puede ser eliminada completamente. A pesar de sus buenas intenciones y toda su salud mental, alguna vez usted se enojará. Pero sabemos que cuando usted se dé cuenta de lo destructivo de la ira y trata de vivir sin ella, en un espíritu de amor y cooperación, ésta puede ser reducida y controlada a tal grado que no le causará ningún problema, y su vida será feliz y completa. Alimentar la ira CON SEGURIDAD te HA HECHO ESTAR EMOCIONAL Y MENTALMENTE ENFERMO. La ira producirá la enfermedad; el amor producirá la felicidad. No estoy enseñándote pacifismo. Únicamente te digo, toma la decisión apropiada para corregir lo que necesita ser corregido, pero tómala sin ira. Saldrás triunfante cuando actúes sin enojo. Por supuesto, hay situaciones que necesitan ser corregidas, algunas veces las personas abusan de nosotros, pero la ira no es una reacción inevitable. Si alguien abusa de vos, comprende que él/ella está mal y que debería de ser compadecido, y no abusar de él. Vos podes parar el abuso, pero aplicar la Ley del Talión, sólo lo destruirá. (Psi.Patricia Bustos)

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