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Patricia B. Bustos Psicoanalista /Coordinadora de grupos terapeúticos/ Prof. Enseñanza Común y diferencial / Mediadora Judicial / Voluntaria y Socia Activa de Mèdicos del Mundo

viernes, 17 de abril de 2009

El Beso

El Beso - Edvard Munch

[...] hablábamos de un beso… sí, la palabra es dulce… en realidad un beso ¿que expresa? Un juramento cercano, una promesa sellada, un amor que se quiere confirmar. Un acento invisible sobre el verbo amar. Un secreto que confunde la boca con las orejas, un instante infinito, un murmullo de abejas. Un sabor dulcísimo, una comunión, una nueva forma de abrir el corazón. ¿Que es un beso?........... ¿Cuantos tipos de besos existen?.... ¿Hasta donde puede llegar un beso?...... Y después del beso que…….

Con un beso los príncipes Azul (Blanca nieves) y Felipe (Bella Durmiente) despertaron a sus amadas de su letargo; con un beso la princesa convierte en príncipe a un sapo; con un beso Bella volvió a la vida a la Bestia –que resultó ser un príncipe-; con un beso Judas vendió a Jesús. En fin, los besos marcan la vida. Un beso puede ser el un simple roce de caricias. De esos que dicen poco y que se aderezan con una mirada como complemento.

Están los que nos transportan a un lugar casi volando sin alas. Esos que nos hacen olvidar hasta de donde venimos como aquel primer beso...

Están los que además de acariciarnos el cuerpo nos acarician el alma. Nos dan una sensación de seguridad abrasadora, nos dicen nada te sucederá. Producen calma…

Están los que se dan por costumbre. Como cuando le ponemos un terroncito más de azúcar al café y se reciben también por rutina. Al punto que a contados minutos nos preguntamos me ha dado un beso antes de partir?.

Están los besos de cuentos de hadas y porque no agregarlos si tienen mucho de cierto…

Lo besos de pasión, los que nos hacen perder la calma y nos precipitan a momentos intensos e inolvidables. Esos besos no mueren jamás.

Están también los besos que se dan por años de convivencia, como esas parejas de ancianos que se miran…y parece que cuando se besan en sus retinas circula como en una película todas aquellas dificultades y alegrías que han pasado juntos y que graban en cada pliegue de su piel, aromas de rojos de un caminar por la playa de la mano.

El beso que da una madre a su hijo cuando lo lleva por primera vez a la escuela…o el de una abuela que tiene ese inconfundible sabor a miel.

Están los besos que se dan en la frente, como señal de ternura, respeto y bendición, esos que se dan sin una pizca de atracción física son besos puros…

Se parecen mucho a las flores porque cuando se dan nos dejan la piel perfumada, y llenos de agradecimiento por haberlos dado y alimentado nuestros cinco sentidos, porque cada beso es un alimento para el alma. (Psi. Patricia B. Bustos)

Creer y Confìar en Uno Mismo

Habitaciòn del Hotel - Anònimo
¿Cuántas veces dudamos de nosotros mismos?
Construir la confianza en uno mismo. Sentir que nos falta confianza en nosotros y tener dudas sobre nuestras capacidades puede traernos consecuencias en diferentes aspectos personales y profesionales, impidiéndonos apreciar las cosas buenas y lograr nuestros objetivos.
Pero la inseguridad puede superarse. Y una vez que así sea, podremos disfrutar más de la vida. Tener confianza en nosotros mismos es algo que se puede aprender. Recordemos que la confianza nace dentro de nuestro, no fuera.
Fortalecer la confianza en nosotros viene de la mano con: • Conocernos todo lo posible y de una forma continua, ya que vamos experimentando cambios y creciendo • Vivir activos: opinando, eligiendo, escogiendo, valorándonos • Valorar y sentirnos orgullosos de nuestras capacidades y posibilidades • Conocer nuestras limitaciones, ser realistas • Afrontar retos y riesgos con prudencia y sensatez • Iniciar y mantener relaciones de calidad, donde la comunicación abierta, positiva y sincera sean indispensables • Dejar de lado la tensión y el control exagerado • Permitirnos mostrarnos tal como somos, sin máscaras o apariencias
En cualquier área de la vida, la falta de confianza en uno mismo, puede ser fatal. Nos inmoviliza, nos deja mudos.
Ante el primer síntoma de desconfianza, preguntémonos a nosotros mismos: “¿Qué es lo peor que nos podría pasar?”. Usualmente le damos mucha importancia a los problemas que pueden surgir. ¿Por qué no usar toda nuestra energía en lograr nuestras metas, en lugar de gastarlas preocupándonos de lo que podría ocurrir? ¡Qué el miedo no nos detenga!
Pensemos en el “como sería si…”. Es un ejercicio. Ante una situación concreta, ¿Si tuviéramos confianza, como actuaríamos?, ¿como nos moveríamos?, ¿como hablaríamos?, ¿en que pensaríamos?, ¿que cosas nos diríamos a nosotros mismos?
Al hacernos estas preguntas nos estamos forzando a imaginarnos en un estado de confianza, ya lo único que tenemos que hacer es “actuar” en función a las respuestas que demos. Cuando no confiamos dejamos de vivir y solo existimos, entonces la felicidad se transforma en una meta difícil de alcanzar. Con la falta de confianza renunciamos a felicidad, porque no creemos merecerla o no nos fiamos que vaya a durar.
La desconfianza nos impide avanzar y crecer, nos encontramos con situaciones en las que no nos sentimos realizados, llegan pensamientos que nos bloquean: “No vale la pena, no voy estar a la altura”; por desconocer nuestro potencial, elegimos actuar por debajo de nuestras posibilidades sin emprender nuevos retos.Y precisamente por no exponernos a nada, no ocurre nada porque ni siquiera facilitamos la posibilidad de que ocurra algo mejor. Y eso solo hace que la desconfianza aumente. (Psi. Patricia B. Bustos)

lunes, 13 de abril de 2009

Amor a Primera VIsta (mìrame que me enamoro)

Las personas que tienen dificultades a la hora de enfrentar la primera cita, aspiran a que en ella se selle de una vez y para siempre el amor. Sin embargo, apostar a la química instantánea también tiene sus desventajas. ¿Existe el amor a primera vista?
Esta pregunta siempre desata el debate. Por un lado están los fervientes defensores de la química instantánea, y por el otro, los que descalifican con énfasis la posibilidad de que un hombre y una mujer se enamoren con tan sólo mirarse.
Es probable que tanto unos como los otros tengan razón, pues existen casos que confirman la primera teoría y otros que la refutan. Pero lo cierto es que quienes ponen todas sus expectativas en enamorarse en el primer contacto, generalmente llevan las de perder, pues ponen tantas expectativas en la primera cita que si no logran su objetivo se sienten irremediablemente frustrados.
Los tímidos suelen alinearse entre los que apuestan a la química instantánea. Y es que les cuesta tanto tomar la iniciativa de invitar o aceptar la invitación de alguien, que prefieren apostar todas sus fichas en una súper cita que los conduzca directamente al amor y los saque del aprieto de tener que buscarlo. Las desventajas de creer en la química instantánea
Aspirar a enamorarse a primera vista puede ser tan romántico como frustrante. Y no es para menos, si tú te empeñas en que tu Romeo o tu Julieta caiga rendido a tus pies con tan solo una caída de ojos, sólo te estarás cargando sobre tus espaldas la realización de un sueño que probablemente nunca deje de ser tan sólo eso, un sueño. Y como el que espera desespera, inmediatamente vendrá la sobredosis de ansiedad.
Pero eso no es todo, tras cada intento fallido vendrá la decepción y, lo que es peor, es probable que te pierdas de conocer a esa persona que tu estás buscando por descartar la posibilidad que el tiempo compartido sirva para concretar una relación. En definitiva, no es conveniente echar a correr si el primer encuentro no fue exactamente como tú lo soñaste, pueda que te pierdas de vivir un gran amor. ¿Cuál es la razón por la que nada más conocer a una persona sentimos una cierta atracción? ¿Existe de verdad el amor a primera vista? ¿Es posible conectar con alguien tan rápido que sientas que era lo que estabas esperando toda tu vida?
¿A qué conclusión llegó? Pues que la mayoría consideró más atractivo a la persona que miraba directamente y como nos gusta, ya que muestra una predisposición a estar interesados.
La explicación es clara, según los investigadores: "Nos interesamos por personas que sienten atracción hacia nosotros, lo que demuestra que el atractivo no se basa solo en la belleza física. Sonreír a los demás y mantener el contacto ocular nos hace más seductores para los demás y eso es algo de lo que casi todos somos conscientes en mayor o menor medida". (Psi. Patricia B. Bustos)

Si has Perdido un Ser Querido

Vida y Muerte - Carlos Lopez Dzur

¿Como te sientes cuando muere un Ser querido?

Si has perdido a un ser querido, es posible que pases por todo tipo de emociones. Es probable que estés triste, preocupado o asustado. Tal vez no estés preparado, estés impresionado o confundido. Puedes sentirte enojado, engañado, aliviado, culpable, exhausto o simplemente vacío. Tus emociones pueden ser más intensas o más profundas que lo habitual, o estar entremezcladas de una manera que nunca habías experimentado. Todas estas emociones son reacciones naturales frente a la muerte.

¿Qué es el duelo?

El duelo es la reacción emocional, física y espiritual en respuesta a la muerte o una pérdida. El duelo no siempre se relaciona con la muerte. Existen muchos tipos de pérdidas y no todas tienen que ver con la muerte. Una persona también puede hacer duelo tras la ruptura de una relación íntima o después de que uno de los padres, un hermano o un amigo se muda.

El proceso de duelo lleva tiempo y las heridas se sanan gradualmente. La intensidad del duelo puede depender de si la pérdida fue inesperada y repentina, y de la relación que tenías con la persona que falleció. Algunas personas escriben sobre el duelo y aseguran que se da en etapas, pero en realidad se suele sentir como “oleadas” o ciclos de dolor que van y vienen según lo que estás haciendo y si existen elementos que te hagan recordar a la persona que murió.

Si perdiste a un familiar cercano, como un padre o un hermano, es posible que sientas que te robaron el tiempo que deseabas pasar con esa persona. También puede resultar difícil expresar tu propia aflicción cuando los demás integrantes de tu familia también están afligidos. Algunas personas pueden esconder su propia aflicción o evitar hablar de la persona que falleció, porque tienen miedo de entristecer a un padre o a otro integrante de la familia. También es natural sentirse culpable por una discusión pasada o una relación compleja con la persona que murió.

Todos estos sentimientos y reacciones son normales. Pero ¿qué puede hacer una persona para superarlos? ¿Cuánto dura el duelo? ¿Alguna vez todo volverá a la normalidad? ¿Y cómo vas a seguir adelante sin la persona que falleció?

Enfrentar el duelo

Así como la gente siente el duelo de muchas maneras diferentes, también lo maneja de manera diferente. Algunas personas buscan el apoyo de otras y encuentran alivio en los buenos recuerdos. Otras tratan de mantenerse ocupadas para alejar su mente de la pérdida. Algunas personas se deprimen y se alejan de sus amigos o evitan los lugares o situaciones que les recuerdan a la persona fallecida. Algunas personas quizás no sientan ganas de hablar mucho del tema, porque les cuesta encontrar palabras para expresar una emoción tan profunda y personal, o se preguntan si hablar les hará sentir más dolor. Esto está bien, siempre y cuando encuentres otras maneras de hacer frente a tu dolor.

Qué esperar

Puede parecer imposible recuperarse después de perder a un ser querido. Pero la aflicción mejora gradualmente y se vuelve menos intensa con el tiempo. Tal vez, saber algunas de las cosas que puedes esperar durante el proceso de duelo pueda ayudarte a superar el dolor. En algunos casos, cuando terminan los rituales asociados con el duelo, la gente puede sentir que deberían haber "superado" la pérdida porque todo parece haber vuelto a la normalidad. Cuando la gente que está de duelo regresa a sus actividades normales, puede resultarle difícil entregarse de lleno a las tareas de todos los días. Muchas personas vuelven a realizar sus tareas normales después de unos pocos días o de una semana. Pero si bien es posible que no hablen tanto de su pérdida, el proceso de duelo continúa.

Es natural continuar teniendo sentimientos y preguntas durante un tiempo después de la muerte de una persona. También es natural comenzar a sentirse un poco mejor. Depende mucho de la manera en que la pérdida afecte tu vida. No importa cómo elijas pasar tu duelo, no existe una manera correcta de hacerlo. El proceso de duelo es gradual y dura más en algunas personas que en otras. Puede haber momentos en los que pienses que nunca disfrutarás de la vida de la misma manera, pero ésta es una reacción natural después de una pérdida.

Conseguir ayuda para un duelo intenso

Si tu dolor no disminuye después de un tiempo de la muerte del ser amado, es posible que desees recibir ayuda. Si el duelo se transformó en depresión, es muy importante que se lo digas a alguien. La ayuda de un profesional puede serte útil, porque te permite hablar de tu pérdida y expresar sentimientos intensos.

¿Alguna vez lo superaré?

Es útil recordar que el proceso de duelo es sumamente personal e individual: no existe una manera correcta o incorrecta de hacer duelo. Cada persona necesita su propio tiempo para encontrar alivio.

Seguir adelante y aliviar la aflicción del duelo no significa olvidarse de la persona que has perdido. Volver a disfrutar de la vida no significa dejar de extrañar a esa persona. Y cuánto tiempo pasará hasta que comiences a sentirte mejor no es una medida de cuánto amabas a esa persona. Con el tiempo, gracias al cariñoso apoyo de la familia y los amigos, y a tus propias acciones positivas, descubrirás maneras de enfrentar hasta la peor de las pérdidas. (Psi. Patricia B. Bustos)

martes, 7 de abril de 2009

Cuento: Los Arboles en el Mundo Celta

Almendro en Flor - Vicent Van Gogh

Pero no sólo en la cultura celta los árboles se constituyeron en el símbolo espiritual de una humanidad vinculada a la tierra y al cielo. En efecto, el árbol como eje del mundo es una representación de una existencia substancial y esencial que une sus raíces en las profundidades de la tierra mientras eleva sus ramas y sus frutos hacia el corazón del cielo. Es asimismo el símbolo del conocimiento y de la vida eterna en muchas tradiciones. Es también el ancestro de la comunidad. Aquel arcano que, ubicado en el centro del mundo, posibilita la ascensión espiritual y conecta el momento de la creación con el tiempo y el espacio sagrado de los pueblos.

El roble es uno de esos simbólicos seres vivos milenarios. Llega a vivir unos dos mil años. Aferrado a él crece un curioso “musgo” característico de ciertas especies vegetales, es el muérdago, en irlandés uileiceadh, es decir, “que todo lo cura”. Pues bien, según los cronistas parece ser que los druidas recogían durante la sexta luna esta preciada sustancia, llamada también “planta mística del aire”, valiéndose de una hoz de oro en un significativo ritual nocturno. El erudito francés Jean Markale afirma que se trata de los símbolos solar y lunar (el oro y la forma de la hoz respectivamente). En la Historia natural de Plinio el Viejo, puede leerse: “Los druidas no tienen nada más sagrado que el muérdago y el árbol que lo sostiene, suponiendo siempre que este árbol es un roble”.

Fue tan profunda la conexión con este místico árbol que uno de los pueblos más famosos entre los celtas, el de los arverni6, tomaron su denominación de este preciado roble (en galo verno). Es así que el nombre de este pueblo significa “la gente del roble”.

Asimismo, el muérdago fue la planta inspiradora de la monumental obra del antropólogo Sir James George Frazer, La Rama Dorada.

Otro de los árboles preciados por los celtas es el manzano. Recordemos que el nombre de la mítica Avalón, donde estaría el rey Arturo esperando el momento de su regreso, está compuesto por las raíces abhall (manzanos) e illenhau (isla), es decir, la Isla de los Manzanos. Según el investigador austriaco Walter Johannes Stein, los manzanos (quert, aball, avel) manifiestan una especial particularidad. En efecto, “no sólo sus frutos, las manzanas, sino también las hojas, tienen una forma redondeada, y el árbol en su conjunto muestra la misma redondez. En todo el árbol está actuando constantemente uno y el mismo principio formativo, que vuelve a aparecer en cada detalle”7. En otras palabras, aquí tenemos nuevamente la “corporización” de la “forma” (mente o patrón) circular expresada en este significativo árbol, el que no sólo fue preciado por los celtas, sino que además es el alimento de la inmortalidad en la mitología nórdica y en Grecia fue el árbol dedicado al culto de la diosa de la fertilidad Deméter (Ceres), donde aparece además en el mito de las manzanas del Jardín de las Hespérides ..¿Avalón? (Psi. Patricia B. Bustos)

Los Celos Son Peligrosos

Delirios de Instantes - Roberto Mognier

Efectivamente los celos pueden ser peligrosos pero también muy dañinos. Aunque culturalmente parece como que nos quieran demostrar otra cosa, los celos no son amor. Escuchamos canciones que nos dicen lo contrario, libros, poemas… pero no debemos olvidarlo, los celos no siempre son amor, al contrario suelen ser un cúmulo de sentimientos como posesividad, falta de autoestima, necesidad enfermiza de controlar a la otra persona…. Y todos estos sentimientos se alejan mucho del amor aunque nos quieran vender lo contrario. Cómo se puede decir que una persona que coarta a otra, que desconfía sin motivo aparente ni real, que todo lo que haga o diga es bueno para sospechar y crear ideas lejanas de la realidad que lo único que hacen es aportar daño a el que padece los celos y a la persona que se supone que se ama. Todo esto es perjudicial a tres bandas, a las dos personas que forman la pareja y a la pareja en sí. Se debe tener bastante claro que las personas no pertenecen a nadie, ni si quiera un hijo pertenece a sus padres, todos somos seres individuales aunque mantengamos relaciones sociales de diferentes índoles y nadie puede creerse con el derecho, ilógico por otro lado, de ser poseedor de nadie. No se puede obligar a nadie a pedir explicaciones de qué hace o deshace, dónde está o con quién, si no que hay que tener la suficiente confianza para no dudar y esperar a que la otra persona nos cuente por sí misma sus cosas. Por supuesto cuando los celos rondan cerca, da igual lo que nuestra pareja nos cuente porque siempre estará la duda de si nos estará mintiendo. Todo esto lleva a un circulo vicioso, cuanto más persigue, agobia y más deseos de control tiene la persona celosa, más querrá separarse de su lado la persona amada. Así que o se rompe este cír culo vicioso o se romperá irremediablemente la pareja.

Los celos son emociones desagradables, que obedecen a una forma errónea de interpretación de las situaciones, capaces de terminar con una relación de pareja, con la estabilidad emocional de las personas y hasta con la vida de las mismas. Los celos en general descontrolan emocionalmente a las persona, hacen daño a la pareja y a otros; por ello, es importante buscar ayuda profesional ante la identificación de estas emociones poco saludables, para corregirlas en función de tranquilidad y disfrute de la vida. ( Psi. Patricia B. Bustos)

Enamorarse de Quièn y Por què

Serie Deicidium - Roberto mognier

Hay que procurar no dejar las cosas del amor en manos exclusivamente del corazón. De entrada, lo que más nos llama la atención es el aspecto físico de alguien. De repente, conocernos a una persona que «nos gusta». No es solo su menor o mayor belleza física; es algo más, difícil de precisar. Los gestos, la forma de hablar, de moverse, nos resultan especialmente atractivos. Más tarde, su forma de comportarse, la relación que se va poco a poco estableciendo con esa persona, tienen algo de sugestivo, de especial, que nos va cautivando sin damos cuenta.

A veces, se produce un «amor a primera vista», un «flechazo». En otras ocasiones, esa persona puede resultarnos poco interesante de entrada, incluso desagradable o pretenciosa. Sin embargo, según la vamos conociendo más, cambiamos la opinión que en un principio nos habíamos forjado sobre ella, volviéndonos cada vez más receptivos.

La intuición

En estos procesos, la intuición juega un gran papel. No cabe duda de que todos vamos acumulando, sin darnos cuenta, una serie de experiencias y conocimientos que dan lugar a ciertas asociaciones inconscientes.

Cuando una persona nos atrae, intuimos que con ella podríamos compenetrarnos y sentirnos bien en su compañía. Pero muchas veces nos equivocamos, esta intuición falla.

Esto es particularmente frecuente cuando nuestra situación afectiva es propensa al enamoramiento. Entonces podemos proyectar nuestros deseos en casi cualquier persona en la que hallemos cierta sintonía. Como decía André Maurois, en ciertos períodos de la vida estamos débiles afectivamente y, como la persona que está baja de defensas está a merced de cualquier virus que pasa a su alrededor, podemos enamorarnos de cualquiera.

La voluntad

Tras esta primera fase de atracción física y psíquica, se comienza a considerar la posibilidad de que también nosotros le hayamos gustado. Por eso es más fácil enamorar, si esto se pone de manifiesto, de forma más o menos entrevelada. Es el juego de la coquetería.

Después viene el momento más peligroso, cuando consideramos la posibilidad de enamorarnos. En este punto actúa la voluntad. Si dejamos esta puerta abierta, ya estamos perdidos. El amor se nos cuela sin damos cuenta, y cuando queramos reaccionar, estamos atrapados.

Además se produce una «proyección atributiva inconsciente», fenómeno que consiste esencialmente en completar, sin darse cuenta, los aspectos desconocidos de la persona objeto de amor con los atributos que el enamorado desea, por lo que ésta que la idealizada.

Pensar en ti

El enamoramiento es una pasión y, como tal, organiza la personalidad con el único fin de obtener el objeto que la nutre, el ser amado. Los enamorados se ven arrastrados y dominados por él. No pueden dejar de pensar en esa persona ni concentrarse en otra cosa, aunque lo intenten. Se cambia de forma de pensar. Si hace falta, todo se justifica, el corazón anula la razón, todo vale si es para poder estar con esa persona, no se soporta su ausencia, se quiere poseer a toda costa, y de ahí la expresión «te comería».

Naturalmente, hay personas más o menos apasionadas, por lo que estas transformaciones son en algunos casos mucho menos intensas que en otros, pero en todos los casos los aspectos afectivos se imponen a los racionales.

Después, cuando la intensidad del enamoramiento va cediendo, comienzan a surgir poco a poco algunas dificultades, dudas y problemas. ¿Será capaz de querernos tal como nosotros la queremos?, ¿merece realmente la pena? Amar y enamorarse son cosas bien distintas.

El amor es un sentimiento de estimación ajena del que nos sentimos autores, que se prolonga en el tiempo con relativa independencia de las circunstancias externas, dependiendo de la voluntad y capacidad personal para nutrirlo.

En el amor no hay voluntad de posesión como en el enamoramiento, sino deseos de dar y compartir. Deseos que se proyectan ampliamente en el tiempo, dentro de un proyecto común con la persona amada. Es un sentimiento que cambia el rencor por perdón, los celos por confianza plena, la rivalidad por colaboración, la intolerancia por comprensión, el egoísmo por generosidad.

La relación perfecta

Generalmente el amor surge del enamoramiento. La relación se va transformando paulatinamente y, según se atenúa el apasionamiento inicial, va aumentando el amor progresivamente. En otros casos sucede al contrario: la relación comienza por el amor que se tiene a una persona y casi sin darnos cuenta descubrimos que estamos enamorados.

El enamoramiento sin amor carece de consistencia y está abocado al fracaso. El amor sin enamoramiento sí la tiene y puede mantener una relación satisfactoria para los dos. Si existe amor y enamoramiento, la relación es perfecta.

Por este motivo, hay que procurar no dejar las cosas del amor en manos del corazón exclusivamente. También hay que considerar, desde una perspectiva más racional, las posibilidades que tenemos de poder establecer una relación satisfactoria y duradera con una persona en concreto: nuestra capacidad y voluntad de amar y la suya, las circunstancias que rodean a esa persona, su familia, sus amigos, etc., ya que todo esto vendrá a formar parte de nuestro mundo.

Un nivel cultural e intelectual parecido también va a favorecer una buena comunicación entre esas dos personas. Una comunicación amplia, libre, espontánea, sincera y participativa es esencial para lograr una relación afectiva adecuada.

Un estilo de educación parecido va a evitar muchos roces o comportamientos desagradables de la vida cotidiana, lo cual es verdaderamente importante a medio y largo plazo.

Cuando se tienen planteamientos parecidos y realistas, si se piensa del mismo modo, particularmente en lo que se refiere a cuestiones fundamentales, es más probable que se llegue a un acuerdo en estas cuestiones, por lo cual es siempre preferible una concordancia ideológica, escalas de valores similares y orientaciones parecidas en la forma de ver la vida.

Tener aficiones parecidas constituye una ventaja en 1a mayoría de los casos, ya que facilita la posibilidad de compartir mejor el tiempo de ocio; no obstante, en otros casos, cuando se trata de personas abiertas, el tener aficiones distintas puede resultar enriquecedor, siempre que el otro se muestre interesado en las mismas, ya que puede verse ampliado en este campo.

El respeto al otro es esencial para la vida afectiva, e implica establecer una relación de igualdad, de persona a persona, en la que todo se comparte, desde lo que se posee a lo que se decide.

Saber querer

No es suficiente con querer, sino que hay que saber querer. Saber querer es encauzar ese sentimiento hacia comportamientos de la práctica diaria que logren el objetivo último del amor: hacer feliz al otro.

Si cuidamos mejor la elección que hacemos y procuramos, no sólo con cariño, sino también con inteligencia, enriquecer esa relación día a día, tendremos muchas más posibilidades de éxito. (Psi. Patricia B. Bustos)

viernes, 3 de abril de 2009

Una Mentira es una Declaraciòn Contraria a la Verdad

Serie Deicidium - Roberto Mognier

Es algo que se hunde profundamente en las arenas movedizas del ego, y tiene que ver con el hacernos parecer mejores ante nuestros ojos y los de los demás.

No todas las mentiras son dañinas. De hecho, algunas veces mentir es la mejor estrategia para proteger nuestra intimidad de la malicia de otros. Otras mentiras, como la fanfarronería o las realizadas en nombre del tacto y la amabilidad, pueden clasificarse como menos serias.

Pero las mentiras descaradas (tanto si implican no contar toda la verdad, o añadir datos falsos) son peligrosos, ya que corroen la confianza y la intimidad – el pegamento de la sociedad. Muchos animales llevan a engaño, o confunden de liberadamente a otros, pero solo los humanos estamos configurados para engañarnos tanto nosotros mismos como a los demás. La gente está tan ocupada manejando el modo en que los demás les perciben que muy a menudo son incapaces de discernir la realidad de la ficción en sus mentes.

“No estamos intentando impresionar a otras personas sino mantener una visión de nosotros mismos que sea consistente con la forma en que nos gustaría ser”. Queremos ser simpáticos, suavizar o facilitar la situación social y evitar insultar a los demás a través de nuestro desacuerdo o discordia.

Una mentira es una declaración contraria a la verdad, realizada por una persona que espera que otras personas la crean. Mentir es decir una mentira, implica engañar a alguien y por lo tanto a las personas que dicen mentiras se las conoce como “mentirosos”.

Las personas mentimos muchas veces porque tenemos miedo de decir la verdad, tenemos miedo de mostrarnos tal como somos, nos avergonzamos de nuestra realidad porque simplemente no nos sentimos a gusto con ella.

Lo cierto es que, aunque digamos mentiras por no hacer daño a los demás, aún estamos ocultando la verdad, lo que no es muchas veces lo más recomendable. Las personas que creen que no basta con decir la verdad, no creen en sí mismos, no confían en otras personas y mucho menos se valoran como personas.

No están conformes con la vida que llevan, ni con su personalidad. Son estas personas, con baja autoestima, las que tienden a mentir con mayor frecuencia. Se acostumbran a mentir para justificar sus diferentes actitudes, esto se convierte en un hábito pues las personas se sienten reconfortadas haciéndolo; sobretodo cuando éstas mentiras son creídas por otras personas y les brindan una sensación de aceptación en la sociedad.

En muchos casos las personas mienten para construir una muralla que los separe de las demás personas, es decir mienten para protegerse porque no se sienten seguros. Esto puede deberse a experiencias previas donde las personas hayan sido heridas o maltratadas por decir la verdad, debido a esto es probable que hayan perdido la confianza en otras personas y hayan optado por mentir en muchos casos para ahorrarse explicaciones . Algunos más que otros.

Hay quien miente porque es un manipulador social y lo hace para herir, abusar de la gente y aprovecharse de los demás. Otros mienten para sentirse mejor, para halagar a los demás, para lograr algo útil o válido sin herir a nadie. En este caso, al final, el mentir puede ser hasta un arte.

“Ningún hecho está más firmemente establecido que el que demuestra que el mentir es una necesidad de nuestras circunstancias. La deducción de que en este caso es una Virtud es evidente.

Ninguna Virtud puede alcanzar su utilidad más sublime sin cultivación cuidadosa y diligente. Consecuentemente, no hace falta declarar que ésta debería ser enseñada en las escuelas públicas, hasta en los periódicos. ¿Qué chance tiene el mentiroso ignorante e inculto ante un experto educado? ¿Qué chance tengo yo ante el señor Mar… ante un abogado? La mentira ‘juiciosa ’ es lo que el mundo necesita.

A veces pienso que sería aún mejor y más seguro no mentir nunca antes que mentir sin juicio. Una mentira torpe, no-científica suele ser tan poco eficaz como la verdad”.

¿Se puede entonces dejar de mentir?

Sí, se puede dejar de mentir, aunque para algunas personas resulta muy complicado. El problema puede ser muy grave si es que la persona se ha acostumbrado a mentir durante muchísimo tiempo y se ve finalmente desenmascarada y sin nadie que le brinde credibilidad.

Por lo tanto alguien que desee dejar de mentir deberá ganarse la confianza de las personas nuevamente, lo que puede resultar muy difícil y es un proceso a largo plazo. Recuperar la credibilidad es un proceso muy difícil porque requiere convencer a las personas de que somos alguien en quien vale la pena confiar, que pueden apostar por nosotros, y esto solamente podrá comprobarse con el tiempo y según se den las situaciones.

No podemos forzar a otras personas a creer en nosotros, y de la misma forma no podemos arriesgarnos a confiar en personas sin conocerlas previamente.

En conclusión, una mentira puede deberse a muchísimas razones; sin embargo debemos tratar en lo posible de decir la verdad que es lo ideal y no tratar de justificar nuestras acciones mediante mentiras, que pueden agravar conflictos y en muchos casos llegar a convertirse en un hábito que nos causará eventualmente perder la confianza de otras personas. (Psi. Patricia B. Bustos)