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Patricia B. Bustos Psicoanalista /Coordinadora de grupos terapeúticos/ Prof. Enseñanza Común y diferencial / Mediadora Judicial / Voluntaria y Socia Activa de Mèdicos del Mundo

martes, 29 de septiembre de 2009

Preguntàndole al Porquè...

Anònimo
Reconozco que soy muy curiosa, a todo le busco el porque, y si lo hallo ¡Pobre del porque! Puesto qué encontraré un nuevo porqué que preguntarle.
Pero, el porque la verdad que se lo busco a todo, y aunque encuentre la respuesta, sigo haciendo preguntas al porque…
Hoy mientras miraba a la gente que pasaba y traspasaba por una galería comercial, vi algo que me encantó, una pareja de adolescentes se besaron apasionadamente y ella, se dejaba caer hacia atrás mientras giraban y continuaban en el giro besándose, daba toda una sensación de vals, algo estético y digno de ser mirado y pedirles un bis, pero, solo fue un instante...
Lo realmente bonito, ha sido lo siguiente una pareja de ancianos, muy ancianos… ella iba con dos bolsas, las cuales parecían pesar, y él, con muchas más, cada uno de ellos con las bolsas en una mano, y la otra, las llevaban unidas.
Ella se quejaba del ojo, y él, la detuvo, dejó las bolsas en el suelo, le quitó de la mano las de ella dejándolas también en el suelo y, acaricio su ojo hasta qué ella, en sus gestos, se notaba qué ya no le picaba más, y él sujetándola en una caricia infinita con ambas manos…una se veía apoyada en el cuello hasta la oreja donde sus dedos la acariciaban el lóbulo, la besó apenas rozándole los labios y ella, muy colorada, se retiró y miró a los lados para ver si alguien los había visto; por mi parte rápidamente había mirado hacía otro lado, pero sin más vuelvo a mirar, la imagen era para postal de amor, ¡ o para un cuadro digno de ser pintado!...
¡Ahí no acabó la cosa! Él todo galante, besó su mano y recogió todas las bolsas del suelo, quejándose ella por no dejarle ninguna, y, él besándola de nuevo se quedó con todas en una mano, menos una qué le entregó a ella, la cual, se quejaba por qué pesaba muy poco e, iniciaron de nuevo su caminar juntos…los perdí de vista.
Si hubiera podido; le hubiera preguntado al porqué, ha sido una imagen tan bonita, tan tierna, qué indudablemente es para vivirla…
¿Por qué nos empeñamos en lo estético de la juventud, cuando la vejez tiene imágenes, tan espectacularmente bellas? Y qué indudablemente derriten el alma de gustito… (Psi. Patricia B. Bustos)

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