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Patricia B. Bustos Psicoanalista /Coordinadora de grupos terapeúticos/ Prof. Enseñanza Común y diferencial / Mediadora Judicial / Voluntaria y Socia Activa de Mèdicos del Mundo

martes, 4 de septiembre de 2012

El perdón y el arrepentimiento son cosas distintas / FILOSOFÍA






 Pedir perdón es una relación social, un convencionalismo. "Y perdonar tampoco es un acto necesariamente noble. Piense en eso de 'Perdónalos porque no saben lo que hacen' de la Biblia. Es el mayor desprecio al individuo que se pueda hacer".
¿Y el arrepentimiento? "Hay una frase de Spinoza: 'El arrepentimiento no es virtud porque no sale de la razón. El hombre que se arrepiente es doblemente miserable'. El arrepentimiento, en cierto sentido, es una negación de la libertad, es un no considerar míos mis actos.
"El sentimiento de la culpa surge de una preocupación por el otro. Y en ese sentido, sí, es un sentimiento noble, aunque también puede ser negativo, como ocurre en el caso de los melancólicos que se culpan por todo. Michelena, autora del ensayo 'Mujeres malqueridas' (La Esfera de los Libros). "Lo que pasa es que el arrepentimiento no está completo si no viene después lo que en la religión se llama el propósito de enmienda.
continúa Michelena. "La preocupación por el otro, en realidad, es un asunto funcional, nos preocupamos por el otro porque, de alguna manera, eso nos conviene. Y a partir de ahí, surge el afecto, el amor, la solidaridad...
El problema del perdón, al final, nos conduce a la religión. "El 'sistema' católico de la culpa-arrepentimiento-confesión-penitencia-redención funciona bien cuando conduce a un cambio de conducta. Pero es como todo, la confesión puede ser una fórmula vacía o puede tener un propósito de enmienda sincero, depende de la persona",
Sin embargo, a menudo, incluso entre los no religiosos, se habla de la confesión católica como un mecanismo predecible de 'gestión de las culpas', que conduce a sociedades más despreocupadas y laxas, menos angustiadas. "Algo de eso hay", reconoce Vidal. "La confesión también es alivio y consuelo, y eso lo saben los psiquiatras que tienen los consultorios llenos de gente que, en otra época, hubiera ido al confesionario".
Y pese a ello, "el sacramento de la confesión está en una crisis gravísima, también entre los católicos, desde hace al menos 20 años. Hubo un momento en el que se exageró en la culpa, en el 'pagar un precio', en el examen pormenorizado de los pecados: qué, cómo, cuántas veces, con quién... Llegó un momento en el que ir al confesionario era como someterse a un examen, una experiencia muy desagradable, así que los creyentes se han alejado y se va imponiendo un modo de confesión más flexible. En muchas comunidades, de pide perdón colectivamente y basta

4 comentarios:

Unknown dijo...

te encuentro toda la razón, salvo cuando mencionas que la confesión religiosa puede ser buena cuando conduce a un cambio de accionar..pues para mi algo que se basa en una falsa esperanza de redención es pan para hoy y hambre para mañana....

bueno de todas formas me sorprendí no pensé leer este tipo de cosas en tu blog,al cual llegue a través de uno de poesía...pero ha sido una muy agradable sorpresa....

muchos saludos desde Chile y esta demás decir que te dejo invitada cordialmente a mi blog a ver si te gusta algo...o me das algún consejo....pues soy aun un principiante

maria cristina dijo...

Hola escuchando palabras, me sorprendió la crudeza de esta reflexión, ninguno de nosotros es bueno!!!!! solo hacemos cosas que nos benefician, la solidaridad no existe de verdad, es para nuestra conciencia acomodaticia. Recuerdo haber leído un libro hace mucho tiempo, La redención de Silas Lapham, me causó una gran impresión. Ahí se muestra una verdadera voluntad de cambiar las conductas erradas, sin especulaciones, bueno, un abrazo, te sigo leyendo.

escuchando palabras dijo...

Hola Britelius gran comentario el tuyo, me encanta poder intercambiar, beso

escuchando palabras dijo...

Ma Cristina, no es mi estilo subir este tipo de texto aunque si los leo, y me parecio interesante poder compartir algo diferente, besos