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Patricia B. Bustos Psicoanalista /Coordinadora de grupos terapeúticos/ Prof. Enseñanza Común y diferencial / Mediadora Judicial / Voluntaria y Socia Activa de Mèdicos del Mundo

lunes, 5 de septiembre de 2011

Escuchar es Mucho màs que Oìr / 24 /09 /09


Escuchar no es lo mismo que oír. Una auténtica actitud de escucha estimula la comunicación. El objetivo final del auténtico escuchar es comprender y ver el mundo tal como lo ve y lo comprende la persona que habla.
Escuchar supone callarse. Un callarse que va más allá del no decir nada, porque implica estar atento con todo nuestro ser.
Es una actitud en la que se aprehende al "otro" en su totalidad. Un estado en que se reciben las palabras y lo que éstas no expresan, en que se capta lo que se dice y la realidad profunda de la otra persona. Ese mundo único que cada uno somos.
Cuando se nos escucha, tenemos tendencia a expresar más cosas y con mayor profundidad y riqueza de detalles, que si se nos oye superficialmente.
Hoy, en nuestra sociedad, es una queja constante que los estrépitos y chirridos no dejan entrever en el horizonte ni un espacio de calma. La gente suele reclamar sus derechos de armonía y paz, intenta volver a un pasado más tranquilo, en el que no existían tantas prisas, tantas preocupaciones, tantas angustias. Hoy vivimos -¿vivimos?- en una sociedad llena de ruidos que en muchos momentos no posibilitan algo tan necesario, bueno y gratificante como es el saber escuchar.
"Saber escuchar" no es lo mismo que escuchar. Es un arte que no lo alcanza cualquiera ni se logra sin esfuerzo. Saber escuchar es escuchar empapados de silencio y de sosiego interno. Oír y escuchar son dos actitudes totalmente distintas. Oír no es prestar atención profunda e internamente a la comunicación, sino simplemente captar una sucesión de sonidos, de meras palabras.
Saber escuchar es estar disponible en el momento de la audición, estar dispuesto a que la persona comunicante se sienta acogida y respetada. En este sentido, escuchar a una persona amiga puede constituir largos intervalos durante toda una vida; es un proceso dilatado que requiere mucho tiempo y mucha paciencia; necesita una actitud receptiva en la constante ayuda.
Escuchar exige franqueza, confianza y respeto, cualidades difíciles de mantener y que rara vez se muestran con uniformidad, incluso en las personas más expertas en saber escuchar. Escuchar es mucho más que oír con paciencia a los demás. Se piensa que escuchar debería de ser algo contagioso que aquellos a quienes se les escucha, poco a poco adquirirían la habilidad de escuchar a los demás del mismo modo. Para una buena convivencia es esencial saber escuchar a los demás, aunque creamos sinceramente que están equivocados. Pero realmente ¿Sabemos escuchar? ¿Queremos escuchar a los demás o preferimos escuchar a nuestro propio y maquiavélico “ego”?. Seguramente todos, en alguna ocasión, le hemos dicho al amigo "cuéntame algo, nunca me cuentas nada", y puede que sea verdad; pero cada vez que se pone a "contarnos" algo ¿le dejamos terminar? ¿O le interrumpimos ¡Qué difícil es saber escuchar! Qué difícil es hacer que el tímido se sienta valeroso a nuestro lado, que el agobiado se vuelva alegre, que el indeciso se sienta seguro, que el introvertido abra su espíritu; en eso consiste el saber escuchar, en hacer importante al que habla
. Aquel que es buen oyente sobresale sobre los demás. Es que, además de escuchar y dejar hablar a los otros, demuestra que tiene la capacidad para saber tolerar las críticas y las voces discordantes. Quien sabe hablar también sabe escuchar y viceversa. Saber escuchar y dejar hablar a los demás correctamente es un claro síntoma de madurez mental, intelectual y afectiva. Solo aquel que está preparado, sabe aceptar a los demás, incluso sus prejuicios, exageraciones y otras cosas que mucha gente no toleraría. Por eso es fundamental el hecho de aprender a escuchar. Cuando lo hayamos logrado, será una señal de que tendremos un elemento a nuestro favor para el desarrollo de las relaciones interpersonales. (Psi. Patricia B. Bustos)


4 comentarios:

Rubén Márquez dijo...

Ni ver que mirar, ni querer que amar, ni ser que estar... magnifico nuestro lenguaje que nos permite estas matizaciones, asi que permite ser utilizado con la maestria que demuestras. Un placer leerte.

Nakrama dijo...

Otra joyita, un regalo de escrito. Gracias por compartirlo. Es un placer "escucharte" en tu blog. Muaks

escuchando palabras dijo...

Ruben gracias por leerme, besos

escuchando palabras dijo...

Nati mi querida, compartir con ustedes es un orgullo, asiq gracias por estar siempre, besitos