Un pescador, después de lanzar al mar su red, sólo cogió un pececillo. Suplicó éste al pescador que le dejara por el momento en gracia de su pequeñez.
- Cuando sea mayor, podrás pescarme de nuevo, y entonces seré para tí de más provecho -, terminó el pececillo.
-¡Hombre-replicó el pescador-, bien tonto sería soltando la presa que tengo en la mano para contar con la insegura presa futura, por grande que sea! -
Más vale una moneda en la mano, que un tesoro en el fondo del mar.
- Cuando sea mayor, podrás pescarme de nuevo, y entonces seré para tí de más provecho -, terminó el pececillo.
-¡Hombre-replicó el pescador-, bien tonto sería soltando la presa que tengo en la mano para contar con la insegura presa futura, por grande que sea! -
Más vale una moneda en la mano, que un tesoro en el fondo del mar.
2 comentarios:
No acabo de estar de acuerdo si que es verdad que en algunos momentos hay que coger las oportunidades al vuelo sin esperar si vendran nuevas o no. Pero por lo general creo que no es bueno conformarse,al contrario esforzarte al máximo dándo lo mejor de uno mismo para obtener aquello que deseamos realmente o incluso más para mi sin duda es la mejor opción.
saludos!
http://somoseltiempoquenosqueda1.blogspot.com/
Creo que no deben perderse las oportunidades, tal vez nunca vuelvan. Buena entrada para reflexionar.Un abrazo
Publicar un comentario