El cielo de tu tacto
Amarillo cubría
El oculto jardín
De pasión y de música.
Altas yedras de sangre
Abrazaban tus huesos.
La caricia del alma
-brisa en temblor- movía
todo lo que tú eras.
¡Qué crepúsculo bello
de rubor y cansancio
era tu piel! Estabas
como un astro sin brillo,
recibiendo del Sol
la luz de su contorno.
Sólo bajo tus pies era de noche.
Eras cárcel de música
De la música presa,
Que intentaba escapar
En cada gesto tuyo,
Pero que no podía salir
Y se asomaba como un niño
A los cristales de tus ojos claros.
Amarillo cubría
El oculto jardín
De pasión y de música.
Altas yedras de sangre
Abrazaban tus huesos.
La caricia del alma
-brisa en temblor- movía
todo lo que tú eras.
¡Qué crepúsculo bello
de rubor y cansancio
era tu piel! Estabas
como un astro sin brillo,
recibiendo del Sol
la luz de su contorno.
Sólo bajo tus pies era de noche.
Eras cárcel de música
De la música presa,
Que intentaba escapar
En cada gesto tuyo,
Pero que no podía salir
Y se asomaba como un niño
A los cristales de tus ojos claros.
Manuel Alto Laguirre, poeta español.
10 comentarios:
Todos color y pasión!
Besos!
Movía todo lo que tú eras... ¡qué maravilla!
Saludos
Mercedes parece q los colores encienden la pasion, besitos
Hola Enrique a este poeta no lo conocia pero realmente moviliza, besos
Colores de amor, romance y pasión.
Un abrazo Patricia.
Este poema con los colores ha gustado...besitos Guille
Bonito.
Y se asomaba como un niño, a los cristales de tus ojos claros. ¡Maravilloso! Un poema intenso y apasionado que deleita. ¡Felicitaciones! Un abrazo.
Gracias David q tengas una buena semana, besos
Es cierto...muy intenso gracias Alma, besitos
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