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Patricia B. Bustos Psicoanalista /Coordinadora de grupos terapeúticos/ Prof. Enseñanza Común y diferencial / Mediadora Judicial / Voluntaria y Socia Activa de Mèdicos del Mundo

domingo, 20 de diciembre de 2009

Homofobia

Homofobia es el término difundido popularmente para referirse al odio irracional, prejuicio, aversión, rechazo y discriminación hacia los homosexuales.
Sin embargo, cuando se habla de alguien que discrimina a los judíos no se lo cataloga de judeofóbico, sino de antisemita; si la discriminación es en razón de la pertenencia étnica o racial se lo llama racista. Y si se refiere a la aversión hacia el género femenino, se habla de misoginia.
El concepto homofobia, desde su creación en 1972 por el psicólogo estadounidense George Weinberg, no sólo ha sido usado en el campo de la salud mental, sino que además ha sido utilizado por una parte del activismo gay.
Si bien el sentido que le dio Weinberg es el de una fobia clínica, su uso desde su creación hasta la actualidad es multívoco. Incluso este autor lo utiliza para referirse al “temor a tomar contacto con los homosexuales”, a la discriminación, al odio y al prejuicio.
Es decir, que no siempre que se recurre a él es para representar lo que psicopatológicamente se entiende por fobia.
Sin duda en la clínica nos encontramos con sujetos donde las manifestaciones homofóbicas son expresión de mociones y deseos homosexuales reprimidos, pero no es pertinente extender un cuadro psicopatológico para catalogar grupos, instituciones o sociedades.
En este sentido, los discursos y las prácticas culturales e institucionales antigays, antilésbicos y anti-diversidad sexual y genérica se sostienen en imperativos patriarcales caracterizados por una lógica binaria que conlleva la oposición y/o complementariedad de lo femenino y lo masculino, la naturalización de los roles sexuales y estereotipos de género más o menos rígidos y el heterosexismo.
El heterosexismo es la ideología por medio de la cual la heterosexualidad -exclusiva y excluyente- se impone socialmente como la norma que todo sujeto debe cumplir.
Asimismo cualquier conducta, relación o identidad que la cuestione es socialmente rechazada, estigmatizada y concebida como "anormal". Esto implica que no sólo son condenados los comportamientos homosexuales, sino también aquellas actitudes que transgreden la división de roles de género socialmente construida.
Haciendo eje en los factores culturales Gregory Herek, doctor en psicología social, propuso la expresión “prejuicio sexual” en vez de homofobia, para referirse a todas las actitudes negativas basadas en la orientación sexual, tanto si el blanco es el homosexual, el bisexual o el heterosexual. Hablar de “prejuicio sexual” es un vocablo más pertinente, ya que se refiere a perspectivas ideológicas.
De esta forma, se saca la temática del ámbito privado del consultorio o de la patología individual y se lo ubica en el ámbito de lo público donde es posible un debate político ideológico y eventualmente una tarea “educativa”. Asimismo se vuelve a situar la responsabilidad de un sujeto que ya no es víctima de una patología, sino un sujeto que emite un juicio desde una perspectiva particular. (Psi. Patricia B. Bustos)

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