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Patricia B. Bustos Psicoanalista /Coordinadora de grupos terapeúticos/ Prof. Enseñanza Común y diferencial / Mediadora Judicial / Voluntaria y Socia Activa de Mèdicos del Mundo

sábado, 28 de junio de 2014

Edel Juarez

Déjame.
Déjame desnudarme
y mírame tal cual soy…
deja que me quite una a una 
mis oraciones y mis letras,
mis puntos y mis comas.

Deja que queden en la silla,
o en el suelo, estos signos,
estas formas que me arropan
que me alejan de tu vista y de tu piel

Déjame colgar de una vez,
la pluma y el papel,
para decirte que te amo.

viernes, 6 de junio de 2014

Tu Recuerdo



Me llegabas en la brisa y en la espuma,

tú, la perdida para siempre.
Tú, la que ennoblecías el sabor del recuerdo,
que ahora llegas más casta y más ausente.

Me llegas en el viento que huele a lejanía,
me llegas en la sal que sabe a muerte,
tú, sombra arrinconada en un silencio;
tú, la perdida para siempre.

Ya no sé por qué sordo camino de la ausencia
bajo que estrellas moribundas vienes,
con los pies inseguros llenos de polvo y de rocío,
tú, la perdida para siempre.
José Angel Buesa

jueves, 5 de junio de 2014

NO TE SALVES / FRAGMENTO




No te quedes inmóvil 
al borde del camino 
no congeles el júbilo 
no quieras con desgana 
no te salves ahora 
ni nunca 
no te salves 
no te llenes de calma 
no reserves del mundo 
sólo un rincón tranquilo 
no dejes caer los párpados 
pesados como juicios 
no te quedes sin labios 
no te duermas sin sueño 
no te pienses sin sangre 
no te juzgues sin tiempo 



Mario Benedetti

martes, 3 de junio de 2014

Amor eterno







Podrá nublarse el sol eternamente; 
Podrá secarse en un instante el mar; 
Podrá romperse el eje de la tierra 
Como un débil cristal. 
¡todo sucederá! Podrá la muerte 
Cubrirme con su fúnebre crespón; 
Pero jamás en mí podrá apagarse 
La llama de tu amor.


Gustavo Adolfo Bécquer


lunes, 2 de junio de 2014

Boca de llanto






Boca de llanto, me llaman 
tus pupilas negras, 
me reclaman. Tus labios 
sin ti me besan. 
¡Cómo has podido tener 
la misma mirada negra 
con esos ojos 
que ahora llevas! 
Sonreíste. ¡Qué silencio, 
qué falta de fiesta! 
¡Cómo me puse a buscarte 
en tu sonrisa, cabeza 
de tierra, 
labios de tristeza! 

No lloras, no llorarías 
aunque quisieras; 
tienes el rostro apagado 
de las ciegas. 

Puedes reír. Yo te dejo 
reír, aunque no puedas.